REIKI

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lunes, 12 de mayo de 2014

LOS CINCO ELEMENTOS

Los asiáticos siempre han sido muy observadores, a la vez que muy respetuosos de sus tradiciones y, por supuesto, de los ancianos. Estas cualidades, junto al privilegio de no haber padecido de catástrofes comoel de la Santa Inquisición, les permitió acumular conocimientos y descubrir regularidades en la Naturaleza que pasaron inadvertidas para otras civilizaciones.Como en la filosofía del Dao y en la Teoría Yin-Yang , en la Teoría de los Cinco Elementos lo realmente esencial e importante no es su estado, su condición física, su configuración, sino su mutación, las cualidades del movimiento que los identifica y rige sus transformaciones, por lo que el nombre que en nuestro idioma más se aproxima a su naturaleza, a su fundamento, es el de Teoría de los Cinco Movimientos . Por tanto, aunque se hable de elementos, debe entenderse como movimientos, como modalidad particular de la gran mutación Universal, del No Ser, a la vez que como una expresión más concreta del cambio y del ritmo implícitos en el TaiJiTu y en la Teoría Yin-Yang .La Teoría de los Cinco Elementos entronca con la Teoría Yin-Yang en perfecta armonía. Los Cinco Elementos son el fuego, la tierra, el metal, el agua y la madera. El fuego representa al Yang Supremo y el agua, al Yin Supremo. El Pequeño Yang inscrito en el interior del Yin Supremo, corresponde a la madera y el Pequeño Yin , al metal. A la tierra, en tanto centro y pivote, la representa la sinusoide. Al Yang Supremo corresponden el sur y el número nueve; al Yin Supremo, el norte y el uno; al Pequeño Yang, el este y el tres; al Pequeño Yin, el oeste y el siete; y al centro, a la sinusoide, el número cinco.En algunos textos se asume que los pensadores asiáticos antiguos presumían que todos los objetos estaban hechos o compuestos por uno o varios de estos cinco elementos primigenios. Pero esto es una secuela del pensamiento de algunos estudiosos occidentales. Lo esencial del pensamiento asiático no está dirigido sino al movimiento. Comprendidos como modalidades particulares de mutación, se entenderá lo esencial de los Cinco Elementos. Todos los fenómenos se mueven, mutan, al menos como uno de los Cinco Elementos y, por parecerse a su movimiento, pertenecen a él. Así, en perfecta armonía con el Dao, sin desconocer el estado, la estructura de la sustancia, aprecian la transformación del mundo prestando la mayor atención a cómo se mueve, en lugar de apreciar cuál era su configuración sustancial en un momento y cuál en otro para asumir esto como movimiento. En última instancia, esta última perspectiva, la perspectiva occidental, equivale a hablar de esta estructura como refiriéndose al movimiento. Así, los Cinco Elementos sé intergeneran e intertransforman. Cada uno de ellos genera y es generado. Cada elemento regula, detiene o domina a otro, y a la vez es dominado por otro elemento. Las relaciones entre los cinco elementos son sustancialmente asimétricos, regularmente irregulares .A su vez, en cada elemento se mueven, mutan, los Cinco Movimientos, por lo que todos los elementos están representados en el seno de cada uno de ellos. También cada movimiento, pongamos como caso a la madera, surge, brota en la madera, y genera o promueve el movimiento de la madera en el fuego, de la madera en la tierra, y así sucesivamente. Si el Tai Ji Tu es una consecuencia a la vez que una expresión del carácter sistémico de la Naturaleza , la Teoría de los Cinco Elementos no lo es menos. Si bien los Cinco Movimientos como conjunto constituyen un sistema, cada elemento, cada movimiento particular está organizado de manera similar, por lo que cada uno es, en sí mismo, un sistema. Esto se pone especialmente de manifiesto en los puntos “Shu Antiguos o de los cinco Movimientos”, en la cronopuntura , en el calendario chino antiguo y en las propiedades de las sustancias que se emplean por la Medicina Tradicional Interna . Por consiguiente, en la Teoría de los Cinco Elementos está inmersa, callada e inoperante, una profunda complejidad conceptual, la misma que puede descubrirse en toda la teoría tradicio
nal, pero con las peculiaridades que le aporta una mayor aproximación a lo particular.
Los ciclos y los ritmos en m.t.ch.:Los ciclos y los ritmos en M.T.Ch. tienen muchas relaciones, pero es con la Teoría de los Cinco Elementos con la que guardan una mayor cantidad de vínculos, pues se relacionan con las cinco estaciones del año, con las horas del día y con los tipos de años y, por esta vía, con los Diez Troncos Celestes, las Doce Ramas Terrestres y, por supuesto, con el Tai Ji Tu.En el Tai Ji Tu, el centro, el tres, la asimetría, la representa, en lo fundamental, una sinusoide. En el transcurso del día, cada meridiano o canal (y, como obligada consecuencia, cada órgano) tiene su horario. Este horario implica, que en ese momento se encuentra en su pico funcional positivo, que se concentra en él la máxima circulación de energía y sangre nutritivas. Por consiguiente, si tiene un pico funcional positivo, en el horario opuesto exhibirá un pico funcional negativo. Así, con dos semiciclos, uno positivo y otro negativo, se aproxima al comportamiento sinusoidal. Los antiguos asiáticos calculaban el tiempo mediante una clepsidra . Cada hora de ellos correspondía con dos horas nuestras. Así, para ellos el día contaba con 12 horas “Shi”. De esta manera el ritmo de prevalescencia de los órganos durante el día era el siguiente:

1. – Pulmón de 3 a 5 a.m.
2. – I. Grueso de 5 a 7 a.m.
3. – Estómago de 7 a 9 a.m.
4. – Bazo de 9 a 11 a.m.
5. – Corazón de 11 a 1 p.m.
6. – I. Delgado de 1 a 3 p.m.
7. – Vejiga de 3 a 5 p.m.
8. – Riñón de 5 a 7 p.m.
9. – Pericardio de 7 a 9 p.m.
10. – Triple Calentador o San Jiao de 9 a 11 p.m.
11. – Vesícula Biliar de 1 p.m. a 1 a.m.
12. – Hígado de 1 a 3 a.m.
Si le dibujamos a cada órgano una sinusoide cuyo semiciclo positivo alcance su cenit en las horas que se denominan como “horario del órgano”, tendrá el punto más bajo de un semiciclo negativo 12 horas más tarde. Por tanto, en el horario de cada órgano coinciden siempre un órgano Zang y una víscera Fu, uno en el que se concentra la máxima circulación de energía y sangre, y otro en el que exhibe su mínima expresión. Por ejemplo, si de 3 a 5 a.m. pulmón acumula las cantidades máximas de energía y sangre, vejiga exhibe en ese momento las mínimas. En el horario de 3 a 5 p.m. ocurre exactamente lo inverso.Si sobre una horizontal que represente la extensión del día, trazamos la sinusoide de todos los meridianos (con su semiciclo positivo y su semiciclo negativo), tendremos que la fisiología del organismo en el lapso de un día, la representa un complejo de 12 sinusoides íntimamente engarzadas. “Intimamente engarzadas” porque, en última instancia, la energía y la sangre que circulan son una sola. Fisiológicamente, todos los Zang-fu están interconectados e interrelacionados, ya sea directa o indirectamente, por una vía o por otra. Algo similar ocurre con los canales y colaterales. Estos últimos integran una compleja red que cubre la mayor parte del organismo. Lo que sucede es que en cada hora predominan la sangre y la energía en un subsistema funcional diferente impulsando preponderantemente un determinado subconjunto de funciones. Así, cada Zang-fu y su correspondiente canal, son emperador o monarca en su horario; la vida, la función sistémica del organismo, no es homogénea, plana, sino regularmente irregular, fluctuante, circular desde una perspectiva, sinosoidal desde otra, reiterativa como una noria desde un ángulo, infinitamente cambiante desde otro.La modalidad sinusoidalEn cada estación del año, prevalecen un Zang y su Fu acoplado, por lo que en otra, que desde cierto ángulo pudiéramos considerar su opuesta, ese mismo Zang-fu se encontraría en su semiciclo negativo, acumulando en ese momento el mínimo de sangre y energía. Si trazamos una horizontal que simbolice la extensión del año y, sobre ésta, la sinusoide que corresponda a cada Zang-fu, desde el punto de vista fisiológico, el año estará integrado por un complejo de 5 sinusoides..El ciclo estacional es uno de los más importantes. Cada Zang-fu tiene una estación en la que acumula el máximo de energía y sangre, estación que coincide con aquella en que predomina o “reina” el elemento al que pertenece. De manera similar a lo que sucede en el ciclo circadiano en relación con el horario, durante el año el semiciclo positivo coincide con la estación que corresponde a la cupla Zang-fu, mientras que la opuesta coincide con el semiciclo negativo. Así, al hígado y la vesícula biliar tienen su semiciclo positivo en primavera y su semiciclo negativo en otoño; al corazón y el intestino delgado corresponde el semiciclo positivo en verano y el negativo en invierno; al pulmón y el intestino grueso encuentran el cenit de su semiciclo positivo en otoño y el nadir del negativo en primavera; y el riñón y la vejiga se sitúan en el primero, en invierno, y en el segundo en el verano. Así, en cada estación encontramos que una cupla acumula el máximo de energía y sangre, mientras que otra acumula el mínimo.No se ha mencionado al bazo y al estómago porque éstos coinciden con una peculiaridad de la M.T.Ch.Los antiguos hombres de ciencia del Asia hablaban de una quinta estación. ¿Qué es esta quinta estación? Si todo está en constante cambio, en mutación perenne, hay un punto, un momento en el que los fenómenos no han terminado de concluir ni han comenzado cabalmente. Este momento corresponde con el centro y con la sinusoide inscrita en el Tai Ji Tu. De la misma manera que en el día hay un lapso en el que empieza a oscurecer pero aún hay resplandores, en el que el sol ya se ha ocultado pero no es plenamente de noche todavía, entre una y otra estación existen unos días en los que, sin haber concluido totalmente una estación, la otra no ha comenzado todavía. Ese momento de la mutación pudiera compararse con un péndulo. En el movimiento pendular, en pleno movimiento, existen dos momentos en los que el péndulo está detenido. En ese momento, la fuerza que lo hace ir y la que debe hacerlo volver están en equilibrio, por lo que está en reposo a la vez que en pleno movimiento. Ese momento es en los extremos del recorrido.La quinta estación se parece a la quietud del péndulo en su movimiento, y se parece al alba y al ocaso. Se corresponde con el centro mismo por el sitio que ocupa en el espacio, sino porque expresa el punto y el momento crítico de la mutación. Por tales Razones, la quinta estación es el período interestacional, los últimos 18 días de cada estación en los que no ha concluido totalmente la que está a punto de hacerlo ni ha comenzado la próxima todavía, período que coincide con el momento más húmedo o más lluvioso de esa época del año. Así, en el ciclo estacional, la quinta estación representa al momento del cambio, a la mutación, al momento de la transformación de un fenómeno.

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