háblame de tu sonrisa por dentro
la que ocultas con gesto de nausea cansancio y seriedad templada
un desierto de arena blanca
una habitación amarilla con las cortinas largas
el viento acaricia hoy a los kilos posados en los mofletes
a la altura que mira de puntillas
a lo sagrado bajando por los hombros
y tú pesada y redonda
mientras esta alergia aferrándome a un sótano sin nieve y sin montañas
sin ese jadeo tuyo insuficiente entre sus manos
que es castigo para esta pobre piel repleta de agujero y costura
una esclavitud descalza caminando sobre un suelo de cristales puntiagudos
una verdad viviendo en los ojos
en tu verde espejo
otoño
colmena
otoño
colmena
estas dos manos huérfanas en distinto cuerpo
en una mañana de sol
en una noche de grillo
lechuza
en una mañana de sol
en una noche de grillo
lechuza
una vida bajo la ubre cada día tan fuerte
un conjunto de piedras que no se rompen
un afecto colosal que no desaparece
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